¿QUÉ PAPEL JUEGA LA FAMILIA EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS?
El núcleo familiar es el primer contexto de aprendizaje para las personas, en su seno aprenden no sólo los niños sino también los adultos. Los cambios producidos en el interior de la familia desde los años 70, han dejado de lado el modelo tradicional, con una fuerte y rígida división de roles entre hombre y mujer y entre padres e hijos. Los padres optan por una educación para la libertad, valorizando la comunicación, el diálogo, la tolerancia.
Muchos son los estudios recientes que muestran la importancia del estilo educativo de los padres para ayudar a sus hijos a cumplir las exigencias de la compleja sociedad de hoy. Aunque no de forma generalizada, cada vez más existe un afán de los padres por recibir una educación para educar de forma apropiada a sus hijos. Aunque la sociedad en las últimas décadas ha aumentado los intentos por promover la educación y el desarrollo del niño desde ámbitos como la escuela, esto no ha de disminuir la importancia centrar del papel de la familia.
Es importante educar a las familias sobre el desarrollo psicológico y emocional de los niños, no solo los profesionales de la educación deben dominar estos conocimientos. En el ámbito familiar se ha de producir una estimulación intelectual, un ambiente emocional-afectivo positivo, y la promoción de la independencia y la autonomíainfantil. Esto es la clave para que los profesionales de la educación realicen una labor efectiva. El niño necesita ayuda pero a la vez necesita hacer, participar activamente para adquirir capacidad de crear y ser competente y autónomo.
Las funciones principales de la familia incluyen el cuidado y protección de los niños y la tarea de socialización que supone educar a los niños a ser autónomos, emocionalmente equilibrados y capaces de establecer vínculos afectivos satisfactorios. Cada vez más se habla de un proyecto educativo familiar o (curriculum del hogar) en el que se establecen unos objetivos, contenidos, y una metodología que determina la seña de identidad de cada familia. Este proyecto educativo suele trasmitirse de generación en generación y es importante que sea flexible y esté al servicio del crecimiento de los miembros de la familia. Es importante recordar que las reglas cuando están al servicio de las metas y los valores familiares contribuyen al crecimiento de la familia: reglas claras que indican a las personas los límites entre lo que se puede y lo que no, colaboran para dar seguridad a los hijos.
El desarrollo psicológico del niño es una combinación entre factores biológicos (como la genética) y factores ambientales. La familia es el principal factor ambiental, por lo que es importante realizar todas las acciones posibles para promover a la familia como potenciador del desarrollo del niño. Los pilares esenciales son la comunicación, estilo educativo democrático, relación afectiva de comprensión y respeto. Por el contrario la inconsistencia en la comunicación, la dispersión de la autoridad, el autoritarismo, la sobreprotección, y las ambivalencias afectivas son fuentes claras de conflicto para el niño y la familia.
Un estilo educativo familiar apropiado debe reunir los siguientes ingredientes: (1). que se hable en casa sobre los problemas del niño, que se le pregunte claramente qué ha hecho, qué siente, cuáles son sus amigos, que desea, qué prefiere... no sólo hay que pedirle que se exprese, también nosotros hemos de modelar esta conducta, explicándoles cómo nos sentimos; (2) que se exija a cada niño, según su edad, determinadas actividades, no hay que olvidar que aprendemos según vamos viviendo distintas situaciones y nos vamos enfrentando a diferentes demandas del medio. si queremos adultos maduros, tenemos que exigir a los niños progresivamente conductas maduras (ejemplo: hacer sus tareas de la escuela, hacer su cama, ordenar sus juguetes, sacar al perro a pasear, etc.), (3) que se establezcan unas normas en casa y se hagan cumplir con flexibilidad. estas normas tienen que ser claras para los niños, y aún mejor, deben ser elegidas por todos los miembros de la familia. Asimismo, las consecuencias del incumplimiento de estas normas también deben explicitarse y ser objeto de acuerdos familiares; (4) por último, hay que expresar afecto a nuestros hijos, hay que demostrarles que nos gustan sus características, que nos agrada lo que hacen, hay que colgar en casa alguno de sus dibujos o manualidades, tenemos que besarles, abrazarles... por lo menos hasta que nos dejen.
De esta manera, la familia cumplirá la función esencial que desempeña en el desarrollo del sentido de competencia del niño, otorgándole así la capacidad de funcionar de forma equilibrada a nivel emocional.
Dra.A.Javaloyes
Psiquiatra Infantil
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